Una de las características que están pidiendo en los trabajos es que tengas comunicación asertiva. Pero, ¿qué es y con qué se come? Y lo mejor, ¿cómo puedes hacer para desarrollarla?
Calma, tenemos todos los trucos para desarrollar esta actitud: saber expresar tus sentimientos y pensamientos de forma respetuosa y empática con los demás. Si esto no es lo tuyo, te enseñamos cómo hacerlo. Ya que es un proceso continuo, que se desarrolla poco a poco y es positivo, constructivo y estimulante.
Mientras más practiques mejor te sentirás, proyectarás más confianza y te provocarás respeto de los otros integrantes en el proceso de la comunicación.
Características de la comunicación asertiva.
Esta forma de comunicación se caracteriza por personas que saben establecer límites en sus relaciones interpersonales y profesionales, así como saben aprovechar los talentos a su alrededor para ejecutar las tareas. Por lo tanto, la comunicación asertiva es:
- Eficaz.
- No se tiene miedo a expresar opiniones.
- Sabe llegar a acuerdos.
- Acepta críticas constructivas.
- Conversaciones fluidas y abiertas.
Tipos de comunicación asertiva.
- Verbal. Tiene que ver con lo que dices, el mensaje que quieres expresar oralmente, las palabras que escoges, la manera de construir tus oraciones.
- No verbal. Todo aquel mensaje no lingüístico que rodea al lenguaje durante la comunicación. Como la localización, gesticulación y postura corporal.
- Paraverbal. Es aquella intermedia entre lo verbal y lo no verbal. Son los elementos que forman parte del mensaje, la manera en que se dicen las cosas. Es decir, el ritmo, la articulación o el tono de voz.
Proceso de comunicación asertiva.
La comunicación asertiva tiene que ser eficaz en orden de causar el impacto o efecto que necesitas. Por eso el proceso es mucho más profundo que en el “proceso normal” de la comunicación. Así, la conexión que se establece entre los interlocutores es más profunda porque se construye bajo la premisa del respeto y de la igualdad de condiciones.
Lo primero que se establece es el estar cara a cara y mostrando interés por las ideas y opiniones de nuestro interlocutor. Esto va a generar una cercanía y confianza entre ambas partes. ,
Después tener una postura relajada, abierta y calmada; lo que va a demostrar firmeza y sinceridad. Con esto, también viene el controlar los gestos, ya que la forma en la que se entrega lo que quieres decir implica la forma en la que mueves las manos o los músculos de la cara. Un mal gesto y el mensaje puede desembocar en una pelea y eso no es lo que quieres si quieres un ascenso o entrar en el empleo de tus sueños. El otro tema que debemos controlar es la forma en la que articulamos las palabras que utilizarías en tu discurso.
Lo más importante es la evaluación de cuánto intervenimos y cuánto somos escuchados. Es preferible que ambas cosas sean iguales, para fomentar la igualdad de condiciones en la conversación.
Técnicas para desarrollar la comunicación asertiva.
1- Introspección.
De acuerdo con la psicóloga María del Rosario González Alonso, el primer paso para desarrollar la asertividad es la autoevaluación. ¿Expresas tus opiniones o te quedas callado? ¿Dices sí a todo lo que te digan los demás? ¿Juzgas o culpas a los demás constantemente? Identifica tu estilo comunicativo, para poder realizar los cambios a que haya lugar.
Una vez que identificas tu estilo es necesario vencer el miedo. Y reconocer el valor que tienes como persona. Para esto, debes practicar algo muy importante saber decir que no sin sentir culpa.
El decir que no ante una idea, petición u opinión no te hace menos. Al contrario, te hace más feliz, ya que al decir “en este momento no puedo”, se establece un límite saludable en la relación. Así como reduce el estrés y la cantidad de cosas que necesitas manejar en un momento determinado.
Empieza despacio y practica con las personas que viven a tu alrededor, con ellas podrás desarrollar tus habilidades de comunicación así como el control de tus emociones.
2 – Repetición.
Muchas de las formas en las que tu control se pone a prueba tienen que ver con las emociones de la otra persona. Las personas de servicio a clientes son las que ensayan una y otra vez el cómo llevar una conversación de forma constructiva, utilizando la repetición de palabras claves.
Puedes darle la razón al cliente sin necesidad de hacer que siga peleando, lo que se conoce como “banco de niebla”. También puedes repetir la misma frase de la misma manera para estimular una reacción diferente de la otra persona. Así como tratar de llegar a un acuerdo dependiendo de la necesidad de las personas.
Cualquiera de ellas (y las enlistadas aquí) requiere una habilidad que mencionamos al principio: el escuchar detenidamente a la otra persona.
3- Rendición fingida.
Quizá esta es una de las técnicas más complicadas que hay, ya que tienes que ejercitar todo el control de la conversación. Esto se hace, dándole la razón a la otra persona sin ceder en tus propias opiniones. El objetivo es dar pie a una negociación, lo que quiere decir que lo que digas va a neutralizar las emociones de la otra persona. Lo puedes hacer con frases del estilo: “Estoy de acuerdo contigo pero creo que debemos buscar otra alternativa”.
De igual forma también puedes hacer que la persona establezca un compromiso de acción o un proceso que involucre la participación de ambas partes. Sobre todo, para evitar los excesos de confianza, ya que cuando parecería que uno cede, la otra persona puede “tomar el brazo”.
A esta técnica se le conoce como “dar espacio”. En donde tienes que delimitar muy claramente hasta dónde llega un punto negociado. Ejemplo: “sí, puedes utilizar la sala de reuniones pero para coger el proyector primero debes hablarlo con administración”.
La clave de la asertividad, no lo olvides, está en escuchar atentamente y “medir el agua de los tamales” para mantener relaciones saludables.