Todos hemos perdido los nervios en un momento u otro, ya sea por algo que no nos ha salido bien, por un accidente, por una reacción espontánea, incluso por desacuerdos con nuestra pareja o compañeros de trabajo. Hasta cierto punto es inevitable, ya que la ira es una emoción normal, que tenemos todos. Pero entonces, la pregunta a responder es cómo controlar la ira.
Aunque sea normal, tenemos la responsabilidad de mantenerla bajo control, y evitar en lo posible que nos desborde y que genere consecuencias negativas para nosotros o para los demás. Cuando explotamos de ira, esto no sucede de repente, sino que antes seguramente hubo todo un proceso.
Pero, si prestamos más atención a nuestros pensamientos y sensaciones físicas, seguramente podremos detener más pronto esa escalada burbujeante y evitar posibles consecuencias irreparables. Así que, manos a la obra y acompáñanos a descubrir como controlar la ira y sobrevivir en el intento.
Clasificación de la ira
Es preciso identificar primeramente si estamos en presencia de una ira positiva o controlada, o bajo los efectos de una ira negativa o problemática. También tenemos que prestar atención al concepto de escalada, que es muy usado para definir los niveles en los cuales se va ir manifestando la reacción.
La ira positiva o controlada
La ira es natural, incluso podría ser descrita como un reflejo. Sentirnos con ira puede ser ciertamente positivo o beneficioso, ya que gracias a ella, dependiendo de las circunstancias, nos puede ayudar a salir victoriosos de una situación en la que nos veamos obligados a defendernos o cuidar a otros.
Lo que queremos decir, es que la ira puede ser útil en manos de una persona que sepa controlarla y que no sucumba ante sí mismo. No dejar que la ira tome el mando de sus acciones significa para pocos una habilidad super provechosa de tener.
Es importante también tener presente que la ira se manifiesta de forma física, ella aumenta el ritmo cardíaco, la respiración y con ella empiezas a sudar. También se ralentiza tu sistema digestivo, porque es una reacción fisiológica del cuerpo que busca llenarte de energía para que sepas responder a cualquier situación que se te presente. Y en la cual el cerebro también hará su parte buscando salidas o soluciones más rápidamente.
Un estallido de ira también puede provocar una mayor creatividad. Sobre todo en las lluvias de ideas. Las personas enojadas encuentran soluciones más originales y variadas, en comparación con las personas que se habían predispuesto para sentirse tristes o emocionalmente neutrales.
La ira negativa o problemática
Cuando las personas no tienen en cuenta el control sobre su ira, es una situación bastante difícil de arreglar. Pero cuándo podemos identificar que tenemos una ira problemática:
- Puede ser cuando la misma se manifiesta de manera involuntaria.
- La ira puede tomar el control de la persona y está no tener conciencia de lo que hace.
- A veces la ira se dirige de forma desmedida hacia los demás o hacia nosotros mismos.
- Tiende a producir consecuencias inmediatas por la falta de autocontrol.
- Hay presencia de violencia física, psicológica, emocional y verbal.
Escalada de la Ira
Los ataques de ira pueden aumentar o disminuir en intensidad, entonces cuando la ira aumenta en cantidad entonces se considera que es una escalada. Pero a pesar de lo que parece, este cambio drástico de comportamiento no es instantáneo, la ira comienza habitualmente con unos niveles bajos de malestar o irritación, y poco a poco va aumentando hasta su pico más explosivo o ruidoso.
El secreto para aprender a controlar la ira, es identificar de forma temprana qué es lo hace que la ira se produzca de forma colérica. Es decir cual es el punto de quiebre, de inflexión en donde ya no se pueda contener el sentimiento. Porque aunque podamos estar molestos por algo, suavemente esos sentimientos se irán calmando, sin embargo en otras ocasiones continúa la escalada. Saber en qué punto ya no es tolerable la ira podrá ayudarnos a contenerla mejor.
La escalada de la ira se puede resumir en 4 pasos
- Experimentamos un suceso negativa.
- Se generan inmediatamente pensamientos compulsivo.
- Aparece la ira ya que los pensamientos compulsivos no se detienen.
- Y por último se manifiestan las conductas violentas.
Saber esto es importante porque cuando se generan los pensamientos compulsivos es cuando podemos empezar a regular lo que sentimos, combatiendo esos malos y dañinos pensamientos con pensamientos un poco más alegres, conciliadores o positivos como tal. Recordemos que los pensamientos compulsivos son pensamientos constantes sobre nuestra interpretación de lo sucedido.
Nuestra perspectiva puede cambiar y por ende, se puede evitar un ataque de ira. En otras palabras, un suceso negativo solo llegará a enfadarnos después de haber pasado por el filtro de nuestros pensamientos. Además de la sensación mental, no podemos olvidar las reacciones físicas, estas son las más fáciles de ver. Podemos detectarlas en terceros y en nosotros mismos.
Se nos acelera el ritmo cardiaco, el rostro se nos pone de color rojo, alzamos de manera involuntaria la voz, nos agitamos rápidamente, empezamos a caminar en circulo, se nos tensan los músculos como para un combate cuerpo a cuerpo. Es ahí en donde también debemos poner atención, para saber que debemos controlarnos y guardar las respectivas distancias.
Sabiendo esto queremos que nos digas acá abajo, en los comentarios como has podido manejar tus ataques de ira y si este artículo puede ayudarte a manejar mejor tus emociones iracundas.
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