Varias palabras en inglés hacen parte de nuestro vocabulario de uso cotidiano, una de ellas es feedback. Se trata de algo muy importante en varios ámbitos de la vida, por eso en este texto vamos a ver cómo dar feedbacks.
Para comenzar, en resumen, podemos decir que un feedback es una información que alguien obtiene por medio de la reacción de otra persona a su mensaje.
¿Qué es un feedback?
Feedback es una palabra que se origina en el idioma inglés. Es formada por la unión de los términos feed y back. El término feed se puede traducir como “alimentar o alimentación”, mientras que, back quiere decir «de vuelta». Así, esta palabra puede entenderse como retroalimentar, responder, volver, reaccionar.
En ese sentido, podemos entenderla como opinión, retroalimentación o evaluación. En definitiva, es una forma de evaluar o expresar opiniones sobre una tarea, actividad o servicio prestado.
Podemos dar o recibir feedbacks sobre diferentes cosas y en muchas circunstancias, siendo que es algo de gran importancia y ventaja para el mercado laboral. Ya que, a través de un feedback es posible ver oportunidades y debilidades de una empresa o de un equipo de trabajo, por ejemplo.
Ahora bien, un feedback puede ser positivo o negativo. Una retroalimentación negativa contribuye al mantenimiento del funcionamiento de un sistema al regular y neutralizar sus actividades, mientras que la retroalimentación positiva permite que un sistema evolucione, crezca y se transforme para obtener otro estado de equilibrio.
Además, un feedback positivo sirve como un refuerzo para que se repita el buen comportamiento. Si no se produce este feedback, es posible que la persona o el equipo no promueva la actitud correcta. Esto se debe a que la persona o el grupo puede sentirse desmotivada y poco notada.
Por su vez, un feedback negativo son los puntos que la persona necesita mejorar, y, si expresados de manera adecuada, conducen al desarrollo.
¿Cómo dar un feedback efectivo?
Para que un feedback logre alcanzar su objetivo es preciso no solo que se exprese con claridad, sino que también se tenga en cuenta las maneras de expresarlo.
En ese sentido, es de gran importancia que sepamos cómo expresarnos con objetividad y con empatía. De ese modo, sabremos posicionarnos con asertividad.
Cabe resaltar, sin embargo, que para un feedback ser efectivo es importante prepararse para tal comunicación, de modo a que se sepa con anticipación de hecho como dar feedbacks y, especialmente, qué tipo de feedback precisa ser dado.
Por lo tanto, si eres responsable por el sector de departamento personal o si, aunque no lo siendo, te ves en la obligación de ofrecer una retroalimentación a alguien, prepárate antes, y ten en cuenta que la persona con quien vas a hablar puede acoger tus comentarios de diferentes maneras.
En segundo lugar, no te esfuerces por hablar de una sobre cuestiones profesionales, resultados de evaluaciones y planes futuros que se tiene para el empleado, si fuere el caso.
Procure comenzar creando una conexión con esa persona, de la misma manera que un buen vendedor debe hacer con un cliente. Preguntar por su familia o por algún curso que esté tomando; sobre ese viaje que publicó en Facebook o algo así. Trate de suscitar un clima inicial favorable.
Cómo dar feedbacks: sinceridad y humildad
Cuando un equipo tiene problemas para alinear las expectativas entre sí y dar retroalimentación constructiva, el grupo puede continuar cometiendo los mismos errores. De esa manera, termina por no mejorar. Por lo tanto, es necesario dar una opinión sobre las acciones de cada uno.
Ahora bien, por más doloroso que sea para algunos señalar las fallas de las personas con las que están en una relación, hay situaciones en que hacerlo es inevitable.
La cuestión, entonces, es cómo dar feedbacks. Considere siempre hacerlo de una forma sutil y que no avergüence a tu colaborador o colega. Asimismo, el reconocimiento adecuado de las virtudes del empleado también puede fortalecer la relación laboral.
En eso, vale recordar una indicación muy común: ¡si se tratan de correcciones, hazlas en privado! Nada de corregir a alguien en público, generando desconformidad y vergüenza. Lo que se busca es ayudar a esa persona a realizar de una manera más eficaz sus funciones, pero no humillarla.
¿Cómo dar feedback de grupo?
¡La famosa táctica de comenzar con las buenas noticias siempre funciona! Di lo que crees que es bueno sobre el desempeño del equipo, sus habilidades, competencias y actitudes y cómo todo esto puede ayudar a la empresa.
Enseguida, respalda tu opinión con ejemplos y datos concretos. Esto hace que el equipo se dé cuenta de que realmente ha sido notado y que te preocupas por lo que hacen y los observas de cerca.
Ahora bien, nadie es perfecto y este es un momento importante de retroalimentación. La clave es tratar estos eventuales defectos como puntos de mejora y señalar que eres una persona dispuesta a ayudarlos a desarrollar estas mejoras con consejos y otras indicaciones, como cursos o compañeros más experimentados.
Por último, enfócate en describir con objetividad el plan de acción. Para ello, es necesario alinear con el equipo de colaboradores qué medidas se deben tomar para que supere sus dificultades en determinados puntos.
Aprender a recibir feedbacks
Aunque el tema central sea sobre cómo dar feedbacks, creemos que también es crucial dedicarle un espacio para hablar sobre el modo en que recibimos tales comentarios que buscan servir de retroalimentación a lo que hacemos.
En primer lugar, cuando alguien se proponga a dar un feedback para ti, no te pongas a la defensiva. Aunque sea normal que esta reacción quiera aparecer durante un feedback negativo, por ejemplo.
Lo mejor, sin embargo, es comenzar escuchando. Esta puede ser una oportunidad de disfrutar lo que ese momento tiene para ofrecer.
En segundo lugar, tómalo como una crítica constructiva; es decir, una herramienta que ayuda en tu desarrollo, identificando puntos que efectivamente necesitan de tu cuidado e inversión.
En muchos casos, sin embargo, eso va a exigir de ti ir más allá de la forma como te lo dicen y llegar al contenido del feedback. Es fundamental tenerlo en cuenta, ya que no todos tendrán la preocupación de hablar de manera asertiva.
Por último, no lo tomes como algo personal. La retroalimentación adecuada no debe ser grosera, abusiva u ofensiva. Debe ser concisa y objetiva, no guiada por juicios o conflictos personales.
Eso vale para recibir, pero también es una clave para saber cómo dar feedbacks, porque el objetivo es reflexionar sobre el trabajo que se está haciendo y propiciar oportunidades de desarrollo profesional.