Los Cuatro Acuerdos en resumen representan un sencillo pero poderoso código de conducta para alcanzar la libertad personal y aparentemente lo que se define en el libro como verdadera felicidad. Con esta lectura vamos a poder descubrir lo que esconden sus secretos.
El Cuaderno de Trabajo de Los Cuatro Acuerdos nos lleva aún más lejos en el viaje para recobrar la conciencia y la sabiduría de nuestro auténtico yo. Este libro es de lectura obligatoria para todas aquellas personas que disfrutan de tener proyectos personales que involucren reconocer el ser propio, y es indispensable para amantes sinceros que buscan su alma con cada respiro. Entonces esto puede ser para ti.
En el libro de los 4 acuerdos podrás encontrar, cómo romper la domesticación que te mantiene esclavizado a causa del miedo, las claves para recuperar tu voluntad, tu fe y el poder de tus palabras, se te presentan ideas prácticas que te ayudarán a convertirte en el maestro de tu propia vida, y es en esencia, un diálogo con el autor sobre cómo vivir según la filosofía de los cuatro acuerdos.
Además, los Cuatro Acuerdos son una herramienta para la transformación que te ayudará a dejar de juzgar, principalmente a ti mismo, y a empezar a practicar otra forma de vida.
Bienvenidos a nuestro resumen de los 4 acuerdos.
Los 4 acuerdo y la sabiduría toltecas
Debemos saber que los Cuatro Acuerdos en resumen es una guía sobre sabiduría Tolteca, donde se describen las principales ideas y conceptos que la civilización Tolteca ha pasado de generación en generación y que explican su visión sobre el mundo.
¿Quiénes eran los Toltecas?
Hace miles de años los Toltecas eran conocidos en todo el sur de México como «mujeres y hombres de conocimiento». Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados.
Formaron una comunidad de maestros conocidos como naguales y estudiantes en Teotihuacán, la ciudad de las pirámides en las afueras de Ciudad de México, conocida como el lugar en el que «el hombre se convierte en Dios».
A lo largo de los milenios los naguales se vieron forzados a esconder su sabiduría ancestral y a mantener su existencia en secreto. La conquista europea, unida a un agresivo mal uso del poder personal por parte de algunos aprendices, hizo necesario proteger el conocimiento de aquellos que no estaban preparados para utilizarlo con buen juicio o que hubieran podido usarlo mal intencionadamente para obtener un beneficio personal.
¿Qué esconde su sabiduría?
El conocimiento esotérico tolteca fue conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de naguales. Aunque permaneció oculto en el secreto durante cientos de años, las antiguas profecías vaticinaban que llegaría el momento en el que sería necesario devolver la sabiduría a la gente.
Ahora, don Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, ha sido guiado para divulgar las poderosas enseñanzas de los toltecas. El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la verdad de la que parten todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo.
Aunque no es una religión, respeta a todos los maestros espirituales que han enseñado en la tierra, y si bien abarca el espíritu, resulta más preciso describirlo como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor.
HABLEMOS DE LOS 4 ACUERDOS EN RESUMEN
Este famoso libro escrito por Miguel Ruiz comparte con nosotros las reglas universales para tener éxito social. No está demás decirte que nunca debes olvidar estos cuatro acuerdos de sabiduría tolteca. Los cuales son:
Se impecable con tus palabras
Esta máxima sostiene que debemos ir más allá del idioma o el dialecto que practiquemos, las palabras y el modo en que las usamos indican nuestras intenciones, nuestras ideas y nuestra forma de ser. Lo que somos. Por esto el autor plantea “sé impecable con tus palabras”.
Va más allá de los sonidos o los símbolos. Tienen fuerza propia porque a partir de ellas construyes tu vida. Puedes influir en tu entorno y en los que te rodean.
No te tomes nada personalmente
La importancia personal es la expresión máxima del egoísmo, creyendo que todo gira a nuestro alrededor.
Este acuerdo es el que nos protege a nosotros mismos de las palabras de los demás. Si no te tomas todo personalmente, conseguirás inmunidad ante el resto de las personas.
Una vez que no tomes nada personalmente se transforme en un hábito, te evitarás muchos disgustos en la vida. La confianza que tienes en ti no dependerá de lo que hagan o digan los demás. Desaparecerán tu rabia, tu odio, tu envidia y hasta tu tristeza.
No hagas suposiciones
Primero que nada es necesario que nos hagamos la pregunta ¿Cómo se evitan las suposiciones? En este apartado el autor nos enseña a asegurarnos de que las cosas deben quedar claras, en el ámbito que sea. En el trabajo, con la pareja, la familia o los amigos. Y esto nos ahorrará dolores de cabeza.
Por esta razón no debemos hacer suposiciones. Generalmente creemos que lo que suponemos es cierto. Y al hacerlo sobre lo que los demás piensan o hacen, nos lo tomamos personal para después contestar. Eso nos creará problemas con toda seguridad, mejor ahorrémonos los dolores de cabeza.
Haz siempre lo máximo que puedas
El último de los acuerdos es el que permite que los otros tres se hagan habituales en la práctica. “Haz siempre lo máximo que puedas”.
Hacer siempre lo máximo posible. Ni más ni menos. Si haces de más agotarás tus energías, haciendo que tu objetivo tarde más en ser alcanzado. Mientras que si haces de menos desperdiciar tu potencial.
Podrá variar según el momento. No será igual cuando estés enfermo que cuando estés sano. O cuando estés descansado por la mañana o cuando estés exhausto por la noche. Pero siempre estarás haciendo lo máximo que puedas.
Adoptar estas enseñanzas no sólo mejorará nuestra calidad de vida, sino también las relaciones que desarrollamos a diario. ¡Anímate a dar el primer paso!
Gracias a estas pautas claras podemos empezar nuestra propia aventura, que bueno que nos acompañaste hasta aquí. Hasta la próxima.