No todos los líderes son iguales. Por eso que hemos traído una recopilación de los principales tipos o estilos de liderazgo.
A nivel organizacional, un líder es la persona que sabe influenciar y motivar a otros de manera positiva. El liderazgo es entonces, una habilidad valorada por las empresas y en la mayoría de los sistemas sociales y organizaciones de la actualidad.
El buen manejo de la comunicación, especialmente de tipo asertiva, es una de las capacidades más esperadas en una persona que ocupa el rol de líder, ya que quien coordina un grupo debe saber cómo expresar lo que necesita, de forma clara y respetuosa.
En este sentido, podemos pensar que los buenos líderes, que estén comprometidos con el desarrollo de los individuos que forman parte de sus equipos de trabajo, son una pieza de mucha importancia para tener y mantener un ambiente organizacional saludable y producir resultados positivos, tanto en la productividad del negocio como en la satisfacción personal de los miembros del equipo.
Sin embargo, no todos los líderes son iguales, y es por eso que hemos traído una recopilación de los principales tipos o estilos de liderazgo, para que de este modo puedas identificar el tuyo o el de las personas de tu equipo.
Principales tipos de liderazgo
1. Liderazgo autocrático (enfoque en el jefe)
En este modelo, la persona con el papel de líder es el centro de todas las atenciones y decisiones y, como tal, centraliza el poder en sí mismo y no permite que los demás participen en casi nada. Algunas de las características de ese perfil de líder son:
- Actúa como jefe, superior a los demás.
- Suele no dejar libertad a sus empleados.
- Exige resultados con vehemencia, presionando.
- Difícilmente sabe considerar las sugerencias de sus colaboradores, y no les permite intervenir.
Hoy en día todavía vemos este tipo de liderazgo en muchas empresas y, sin duda, podemos decir que son uno de los principales responsables por la pérdida de grandes talentos profesionales.
Este estilo de jefe suele generar mucha tensión y descontento en el equipo, lo que promueve un ambiente hostil que termina por desanimar a los empleados y les hace querer irse para no permanecer bajo la dirección de la persona que ejerce este tipo de liderazgo.
2. Líder democrático (enfoque en el líder y en el equipo)
El estilo de liderazgo democrático camina en sentido contrario al anterior, porque conduce su gestión de manera democrática, es decir, incluyendo a los miembros del equipo en las decisiones y haciéndoles participar activamente en la construcción de soluciones y resultados.
Para ello, siempre consulta la opinión del equipo, solicitando sus ideas y retroalimentaciones, dándoles espacio para que propongan nuevas formas de resolver problemas, lograr las metas y los resultados planificados.
A diferencia una persona con liderazgo autocrático, que solo piensa en sí mismo, el democrático tiene algunas características que mejoran el ambiente de trabajo, como:
- Piensa en el bienestar colectivo.
- Ayuda a desarrollar a sus profesionales y ofrecerles oportunidades reales de crecimiento-
- Prioriza la calidad de vida en el trabajo.
- Hace una buena gestión del clima.
- Contribuye activamente a que el equipo sea reconocido y valorado por su compromiso y dedicación con la empresa.
Asimismo, la democracia en el trabajo también fomenta un entorno en el que las personas se sientan más cómodas al mostrar sus opiniones, o incluso, sus insatisfacciones. Hace que la comunicación sea más directa y eficaz, ya que reduce los espacios entre las personas y les hace desarrollar un mayor sentido de grupo.
Todo ello hace que las personas se sientan más estimuladas a dar lo mejor de sí mismos, lo que en consecuencia, también aumenta su satisfacción laboral, disminuye la rotación y maximiza su productividad.
3. Líder liberal (enfoque de equipo)
El liderazgo liberal es el extremo opuesto al autocrático, porque defiende la libertad total al equipo, que decide, por sí mismo, cuáles son las mejores formas y soluciones para resolver los problemas de la organización.
Aquí la persona que ejerce el liderazgo no es necesaria, ya que este modelo entiende que los profesionales ya son maduros, calificados y lo suficientemente capaces para manejar su propio trabajo sin la supervisión directa de alguien.
Sin embargo, aunque pueda parecer un sistema mejor, ya que da más libertad y autonomía, en la mayoría de los casos, los profesionales sin liderazgo directo pueden terminar relajándose demasiado y no entregando los resultados esperados.
La ausencia de alguien que sepa generar cohesión al grupo, puede afectar directamente no solo a la productividad, sino también a la motivación, ya que la falta de retroalimentación sobre el desempeño y la calidad del trabajo también termina perjudicando y limitando el crecimiento y los resultados.
4. Liderazgo motivador
El líder motivador se basa en el ánimo y el optimismo. Los líderes que siguen este modelo no se sienten abrumados por situaciones de crisis, y se destacan por:
- Animar a quienes lo rodean.
- Son capaces de controlar fácilmente lo que no funciona.
En este tipo de liderazgo, el equipo encuentra un ambiente sano para exponer sus ideas y tomar decisiones, puesto que confían en su propia capacidad y están motivados por un directivo perspicaz, que cree y reconoce el trabajo desarrollado y logra tomar las riendas en la búsqueda por la resolución de problemas.
5. Liderazgo paternalista
En el liderazgo paternalista, quien ejerce el rol de líder asume el papel de padre o madre. La relación interpersonal con sus empleados suele ser muy fuerte, pero este liderazgo puede asumir un comportamiento ambiguo que es muy peligroso para la organización. Una persona con este tipo de liderazgo puede llegar a ser extremadamente permisiva, como en el caso del liderazgo liberal, o muy estricta, como en el autocrática.
Este desequilibrio puede comprometer el profesionalismo necesario en la relación con el equipo o crear un fuerte sentido de dominio, lo que afecta la libertad y la autoconfianza de los miembros del equipo.
Desarrollo de liderazgo
El desarrollo del liderazgo se refiere a la utilización de medios y recursos que permitan mejorar las habilidades personales y crear la confianza de los líderes o futuros líderes.
En pocas palabras, son procesos que buscan formar a líderes con gran potencial para asumir puestos de gestión cuando estos quedan vacantes.
En los materiales relacionados con la formación para el liderazgo, existe cierto consenso en cuanto a los objetivos; sin embargo, el desarrollo del liderazgo y su impacto forman parte de un gran debate.
El principal argumento a favor del desarrollo efectivo del liderazgo es la cuestión de si se pueden desarrollar o no líderes. Las teorías más antiguas del liderazgo sugieren que los grandes líderes surgen de una combinación innata de habilidades y características de personalidad.
Por lo contrario, existen varias teorías posteriores que critican este argumento, señalando que los comportamientos y habilidades de los líderes se pueden aprender o adquirir con el tiempo.
Hoy en día, el desarrollo del liderazgo asume un punto intermedio entre las dos teorías anteriores, y concibe que se pueden desarrollar muchas competencias para el liderazgo, como la comunicación, el pensamiento estratégico y la autoconciencia.
Por su parte, los rasgos de personalidad, como el dominio y la sociabilidad, son menos susceptibles al cambio e influyen en el tipo de estilo de liderazgo adoptado.
El éxito de una organización depende de las personas que la integran. La formación de un equipo bien estructurado, con miembros proactivos y dispuestos a crecer juntos es parte importante del camino al éxito.
Conclusión
Actualmente, la definición del líder está alejada de ser alguien que da órdenes desde una cómoda silla en una oficina con aire acondicionado. Quiénes ejercen este importante rol deben saber claramente hacia dónde se dirige la empresa y entender cómo debe motivar a su equipo para lograr ese objetivo.
Aunque se considere que una gestión eficaz es aquella que puede producir buenos resultados (disminución de costos, aumento de las ventas y los ingresos) no se puede dejar de lado a la parte humana del negocio. Es necesario tomar en cuenta a las personas que son nuestros aliados en la obtención de esos resultados. Como dice aquella difundida frase de Richard Branson “cuida de tus empleados que ellos cuidarán de tus clientes”.
¿Qué opinas? ¿Conoces a algún líder de estilo autocrático? ¿Tienes interés en desarrollar tu propio liderazgo? Comparte con nosotros tus opiniones. Abrazos.